martes, 21 de septiembre de 2010

Liberación

Hoy ya no quiero escucharte más, no quiero que me digas que es lo correcto y que no. Un sueño me abrió los ojos, dormido desperté y descubrí que ya no se quien soy, de donde vengo o a donde voy, siento que más me conozco y más grande es mi confusión. Tengo 3 caminos y solo uno me conduce a la verdad ¿Cuál es? no lo sé, solo debo confiar, ¿confiar en mí? el miedo a equivocarme no me deja avanzar, no me permite decidir, quisiera que alguien me diga por donde ir. Derrepente una voz m dice "CAMINA" pero me congelo, y estático sigo confundido ¿de dónde vino esa voz? tengo miedo de equivocarme, de elegir mal. Es así que de la nada apareces, quiero ir contigo pero algo dentro me hace pensar que no es lo correcto, no te mueves, no me dices nada, solo esperas que yo avance hacia tí, y es que sabes que lo haré, entonces me doy cuenta que tienes el poder de manipularme, que como a una marioneta siempre quieres controlarme, pero esta vez no será así, esta vez yo decido por mí y para mí, descarto ir contigo, desecho ese camino ahora solo tengo 2 por elegir, en uno aparece un niño dandome la espalda y en el otro todo lo que siempre creí querer, cosas materiales que me tientan a seguir por esa senda, estoy avanzando y dejo de pensar en lo que realmente importa, pero todo lo que me atraía de ese trayecto se desvanece como la niebla, entiendo entonces que solo una felicidad ficticia podré conseguir, que es efimero lo mundano y ajena la riqueza. Confundido, aturdido y algo frustrado retrocedo, veo el último camino, donde se encuentra el niño, quien lentamente me da la cara, ¡SOY YO!, ese niño soy yo, hace tiempo no veía esa sonrisa, hace mucho no escuchaba esa canción, el pequeño levanta la mirada, me mira fijo a los ojos y me estira la mano, me aproximo sin sentir el menor temor, confio en él, eso significa que confio en mí. Al despertar es que recién recapacito lo soñado, la verdad nunca me fue ajena, la verdad siempre estuvo en mí, ahora tengo las fuerzas para enfrentarme al mundo, ahora han vuelto a mí las ganas de vivir, sin depender de nadie, sin necesitar de tí, escuchando a todos pero creyendo completamente en mí.